Gustavo Coronel: Carta abierta a Hugo Chávez Frías

Sr. Chávez Frías:
Lo que voy a decirle representa mi posición ciudadana sobre su gobierno de 14 años.

Cuando se escriba la historia de la Venezuela de principios del Siglo XXI y su presencia haya desaparecido los venezolanos del futuro podrán comprender la verdadera magnitud del desastre que usted causó en Venezuela. El desastre no ha sido unidimensional sino: financiero, social, administrativo, institucional y, sobre todo, espiritual.

Comenzaré por esto último. Más allá de su ideología política la tarea primordial de un jefe de estado es lograr unificar a la población en torno a políticas para el progreso. Para ello deberá utilizar la persuasión, un liderazgo que inspire ( a lo Mandela) y el respeto y tolerancia hacia quienes difieran de sus ideas y programas. Ese respeto es parte de la esencia de la democracia. Usted ha hecho exactamente lo contrario. Tiene 15 años inyectándole odio a la sociedad venezolana, hablando en contra de la clase media, acusándonos de haber obtenido nuestra educación y posición social a costa de los pobres y llamándonos apátridas. Esta actitud suya ha sido criminal y ha causado una brecha tan importante en nuestra sociedad que tardaremos muchos años, después de su partida, en sanar la herida. Ha sido usted un anti-líder.

En el campo institucional ha aniquilado toda autonomía, toda independencia de poderes, uno de los componentes esenciales de la democracia. Nadie negará (sus seguidores lo celebran con el mayor cinismo) que el poder judicial, el llamado poder moral, el Consejo Nacional Electoral, la fuerza armada y la asamblea nacional se encuentran hoy dirigidos por eunucos políticos, gente vendida al dinero y poder que usted les ha dado en violación de las leyes de nuestro país. Todos los días vemos ejemplos de la inmensa prostitución institucional que usted ha llevado a cabo, utilizando para ello los recursos de la nación. Basta el ejemplo de un ejército desfilando en honor de su golpe de estado de 1992, a la voz de ‘Patria, Socialismo o Muerte”. En este sentido su acción ha sido abiertamente criminal y espero que usted deba pagar por sus crímenes antes de desaparecer físicamente.

En lo administrativo su responsabilidad era la de custodiar los recursos de la nación con diligencia. Usted ha faltado a esa responsabilidad, no en algunos casos aislados, sino de manera sistemática. Ha convertido a Petróleos de Venezuela en una empresa dedicada a tareas que no le competen, sometiéndola a una sub-inversión crónica que la ha hecho reducir su producción, condenando sus instalaciones al deterioro mientras su nómina se ha cuadruplicado (ver datos concretos al final d esta carta). Usted ha convertido a PDVSA en vehículo preferido de endeudamiento, hasta el punto que hoy su deuda es aproximadamente treinta veces mayor que la que tenía cuando usted llegó al poder. La estrategia seguida en la Faja del Orinoco, poner en manos de empresas socialistas foráneas de escasa capacidad tecnológica el desarrollo petrolero de esa región, ha fracasado estruendosamente. Ni un solo barril mejorado adicional ha sido producido en la Faja del Orinoco durante sus 14 años en el poder. Las empresas de Guayana están quebradas. Los ministerios se han multiplicado por razones políticas, sin llevar a cabo tareas realmente constructivas. Ejemplos de su extrema mediocridad son el de Prisiones, a cargo de una señora amiga de los pranes e incapaz de plantear soluciones concretas, o el de Viviendas para Caracas, en manos de un ministro corrupto quien usa su autoridad y nuestro dinero para contratar con sus socios.

El campo social ha sido la bandera fundamental de su régimen y es en este campo donde afinca usted su popularidad. La estrategia que ha seguido se basa en los subsidios directos: atención médica gratuita en los barrios, becas, bonos a grupos sociales minusválidos, comida gratis o a precios reducidos, asignaciones de casas a sus seguidores por twitter y otras manifestaciones similares de prodigalidad. Esta estrategia no sería criticable si estuviera acompañada de transparencia y de una política paralela de verdadero empoderamiento de los venezolanos. En ausencia de programas estructurales de educación, de salud, de infraestructura física y de desarrollo económico sólido, su estrategia ha sido contraproducente, pués ha hecho a la población más y más dependiente de sus dádivas, por las cuales usted ha exigido una contraprestación en términos de lealtad política a su proyecto. Usted regala peces y demanda agradecimiento pero no ha enseñado a nuestro pueblo a pescar. Cuando usted se vaya dejará atrás una inmensa legión de mendicantes.

En lo financiero usted ha dilapidado un inmenso ingreso nacional durante sus casi 15 años en el poder. Ha recibido un poco más de un millón de millones de dólares, dinero que no se ve representado en infraestructura nacional o en mejoras permanentes para nuestro pueblo. Donde está ese inmenso caudal recibido? Hay que ir a buscarlo a Cuba, Nicaragua, Bolivia y, a los bolsillos de la boliburguesía creada por usted, esa orgía de derroche que le proporciona a usted relojes de $50.000. Se han gastado miles de millones de dólares en comida podrida, compras de chatarra bélica, regalos a sus seguidores dentro y fuera del país, financiamiento a candidatos presidenciales de algunos países de la región, hasta en regalo de combustibles a ciudadanos pobres de los Estados Unidos, en un intento de ganar adeptos en el imperio. Hoy hay más dinero en los bolsillos de los venezolanos, es cierto, pero persisten las carencias estructurales de educación, salud, seguridad y calidad de vida, a pesar de la inmensa suma recibida, la cual es es mayor que los ingresos nacionales totales recibidos por los presidentes que lo precedieron.

Hoy aspira usted a un nuevo periodo presidencial puesto que alega cínicamente “estar ya aprendiendo a gobernar” y dice “requerir más tiempo para consolidar la revolución”. Financia su campaña con los recursos del estado y hasta se permite endeudar aceleradamente a la nación para lograr dinero fresco con ese propósito.

Si usted fuera una persona honesta y realmente preocupada por el bienestar de su país no trataría de perpetuarse en el poder, no solo por los desastres que ya ha causado, sino porque ahora se encuentra usted en una deplorable condición física y mental. En su astucia usted ha comprendido que quienes lo siguen harán de su re-elección un objetivo visceral, uno que les permitiría “ganarle de nuevo a los escuálidos”, a expensas del verdadero interés nacional. Ese es un objetivo primitivo, digno de un plioceno político de montoneras decimonónicas y no va más allá de su deseo de sobrevivencia en el poder, como un Calígula tropical. Atrás quedaron, si es que alguna vez existieron, sus pretensiones de estadista. Nada que ver con Mandela, Clavel, Cardoso, Lula o Betancourt. Lo suyo ha sido y es Mugabe, Gadaffi, Hussein, Ahmadinejad, Castro, Tiro Fijo y Lukashenko, es decir, la hez política del planeta.

Lo que he dicho en esta carta no es subjetivo. Es documentable y está, en gran parte, ya documentado. Su expediente o prontuario es gigantesco y surgirá, más temprano que tarde, a la luz pública.

Para quienes gustan de los datos concretos, anexo de seguidas una selección comparativa entre 1998 y 2011, para lo cual he utilizado parcialmente datos aportados por Gerver Torres en su artículo aparecido ayer en www.lapatilla.com : “Las diez cosas que el profesor Giordani…”).

Hoy muestra usted un aspecto que le da pena ajena hasta a sus seguidores. Se acerca el fin de la tragicomedia y como ciudadano venezolano, haré todo lo posible para acelerar su salida de la presidencia que usted ha traicionado.

Gustavo Coronel.

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